lunes, 22 de abril de 2013

2. Guárdeme su silencio

Guárdese el silencio. Guárdelo en lo más profundo de su voz.
Diga miles de palabras, cree oraciones y relatos. Escriba textos, libros, poesía, poemas, y alguna canción desesperada. No deje jamás de hablar, cantar ni escribir. 

Pero eso sí, guárdeme su silencio.

Exprima su corazón en tinta. Que todo el día piense en letras y conjunciones, que el verbo sea su más íntimo amigo. No pare de decir toda la verdad, aunque sea mentira. No pare de mentir verdades. 
Exprese su opinión, escriba criticas y cartas al autor, de recomendación, formales e informales.
Sms, emails, ... todo vale en esta era tecnológica. Nunca aquiete su voz, aunque a los demás no les importe lo que usted diga. Permítase el lujo de juzgar todo, de dar su verdad ante todo. Ante la injusticia de este mundo, la crisis mundial, el parón energético, la capa de ozono y sobre los macarrones con tomate.

Que siempre tenga una palabra en la boca y una frase en la mente.

Y cuando crea, cuando esté completamente segura , señorita, de que no tiene más que decir, de que ya lo ha dicho todo, de que no existen más palabras que combinar ni mas oraciones que formar, ofrézcame su silencio.

Porque únicamente, en ese justo momento de toda su verbosa vida, dejará de hablar con el cerebro, y empezará a hablar con el corazón,

escriba poesía entonces.


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