sábado, 27 de abril de 2013

3. Dejémonos en paz, pero despacio

Dejemos de matarnos.
Lento, muy lento. A la velocidad de las agujas de un reloj parado.
Pero no me dejes vivir tan de golpe, que me he acostumbrado a estar muriendo cada día un poquito.
Cada minuto que pasa es un minuto que pesa.
Encima ahora me entero de que vuelves a existir, ahora, pero no aquí.
Y ya entonces es cuándo no puedo. Ya no aguanto más.

No,
más
no,
por favor.

Que aún tengo mucha vida, que puedes quitármela como tú quieras. Te la regalé aquél maldito día.
Pero ahora me niego a dártela.
Que vale mucho menos de lo que te mereces, pero aún así, es mía.
Y cuándo tú eras mía, decía muchas tonterías.
Igual que tú con tus

"te
quie
ro"

Entre comillas. Con muchas comillas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario